Al gran pueblo argentino se le ha perdido una palabra y dicen que los políticos la tienen.
los jerarcas de la política después de esgrimir discursos durante varias horas exclaman:
-¿yo señor?, juramos por dios y por la patria sobre estos Santos Evangelios que no. la tienen los sindicalistas.
-¿yo señor?, responde aquellos mientras realizan una manifestación después de un paro nacional de 12 minutos. No señor, la tienen los jueces de primera instancia.
-¿yo señor?, contestan los jueces amparados por el secreto del sumario.
No señor, la tienen los camaristas.
¿yo señor?, no señor. Sostienen desde la parte mas alta de la estatua de la justicia que ignora todo por que le vendaron los ojos. La tienen los miembros de la corte suprema.
-¿yo señor?, no señor. dicen aquellos luego que fueran ubicaodos escondidos en el salón blanco de la casa de gobierno. la tienen los diputados.
-¿yo señor?, pregunto un diputado trucho por que los otros estaban perdidos en el Salón de los Pasos Perdidos contestando el profundo cuestionario de los periodistas de Crónica en T.V en vivo y en directo, claro. No señor, la tienen los senadores.
-¿yo señor?, se asombró el mozo del recinto mientras le temblaba la bandeja vacía en la cámara solitaria por que los senadores estaban en su provincia auscultando los problemas de sus consiudadanos desde hacia tres meses. No señor, la tiene la policía.
-¿yo señor?gritó desde el baño el jefe de la policía quien padecía los efectos de una purga gubernamentales. No señor, la tiene Yabrán .
-¿yo señor?, murmuró un seños canoso que se había disfrasado de cartero del correo argentino para que no lo descubrieran los fotógrafos. la tiéne Cavallo.
-¿yo señor?, Preguntó el ex ministro mientras trotaba por los bosques de Palermo. No señor, la tiene Corach escrita en una servilleta.
-¿yo señor? exclamó el ministro de gendarmería mientras alistaba a las tropas. No señor, yo respondo a mis mandos naturales, el presidente de la nación.
-¿yo señor? se asombró el exelentísino desenbarcando en el aeropuerto internacional de Anilliaco, capital de la Rioja (por ahora), con su cortejo de 325 asesores, amigos, ministros, peluqueros, manicuras y maquilladores. No hermana y hermano de mi Patria, yo los llevo sobre mi corazón. La tiene el Fondo Monetario internacional. Luego se dió vuelta, como siempre, arengando a la corte que lo seguía hacia su modesto hogar gritó: siganme, no lo voy a defraudar .
Al Fondo Monetario Internacional no hubo posibilidad de preguntarle nada por que como todos sabemos no hablan castellano.
Digo yo, la palabra DIGNIDAD, ¿la tendrá el Gran Bonete?
Por Ernésto Frandolich
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